Roberto y Lucía ya están instalados en el edificio y se disponen a hacer unas reformas en el piso. Los ruidos que provocan los obreros molestan a todos los vecinos, que deciden poner una queja formal ante Juan, el Presidente. Por otro lado, Alicia se ha fijado en Fernando y trata de conquistarle. Como es la primera vez que un chico no le hace caso, cree haberse enamorado de él sin saber que es gay. Mauri se pone celoso. Por último, Vicenta y Marisa sufren un robo en su casa, así que deciden instalar una alarma. No consiguen comprender su funcionamiento y salta todas las noches, para desesperación del resto de vecinos.. Título: Capítulo 2: Érase una reforma